Los juicios de faltas se realizan de manera hablada y son cortos, ya que prácticamente en unas horas acaban. Debido a estas particularidades, no precisamos de un abogado, aunque sí que debemos proporcionar todas las demostraciones con las que contemos para probar que nuestro punto de vista es el valido.
El procedimiento integro de un proceso de faltas es el siguiente: lo principal y lo principal, es introducir la denuncia que se quiera. A los pocos días, y en medio del procedimiento de tramitado de la denuncia, deberán acudir a los tribunales todas las partes de dicha denuncia, para dar sus motivos, puntos de vista, aportar las pruebas, etc. Y que el juez emita un dictamen.
Los juicios de faltas son muy rapidos y fáciles. En una misma sala están todas las partes de la denuncia, así como el magistrado, sentados todos en la misma mesa y estando el magistrado en medio de ambas partes. Todas las personas que acudan a alguna de las partes, ya sean denunciados o denunciantes, y que no formen parte integra de la denuncia, no pueden entrar a la sala, y tendrán que esperar en una sala aparte, también conocida como sala de espera.
El pleito de faltas termina una vez que el togado ha tomado una decisión y ha dado la razón a una de las dos partes, o bien, ha impuesto algún “castigo” para las dos partes al mismo tiempo. Pero antes de llegar a este punto, es necesario que tanto el ser denunciante, como el individuo denunciada, den su testimonio y, en estos juicios, la estructura principal indica que la primera persona en prestar testimonio es la persona que ha efectuado la denuncia seguido de la persona que ha sido denunciada. Ambos frentes deberán contestar antes las dudas de ambos abogados, así como a las dudas del togado y, una vez finalice, será entonces cuando el juez concluya el juicio y de su veredicto.
Los casos más comunes de los juicios de faltas, son aquellos que no ponen en riesgo a nadie ( como ofensas, imputaciones faltas, mentiras ) o que no ponen en riesgo ninguna cosa material. Entrarían dentro de los juicios de faltas todos aquellos perjurios que son considerados poco graves.